Otro
ataque más, otra muela del juicio legal, otra ostia en la cara, otro despropósito,
otro ataque a la Terapia Ocupacional. Definiciones varias al sentimiento que
muchos de nosotros, Terapeutas Ocupacionales, podemos tener hoy día, tras la aparición
ayer del “Borrador propuesta sobre procedimiento de Homologación de Categorías
Profesionales en el ámbito de aplicación del personal estatutario del sistema
nacional de salud” en el cual, equiparan a nuestra profesión, la de Terapeuta
Ocupacional a la de Monitor Ocupacional.
El
resumen es muy fácil y lo planteare a efectos prácticos de lo ocurrido en el
comienzo de mi trabajo fin de grado, a mediados de noviembre/diciembre del año
pasado.
Estábamos
en uno de los Centros de Inserción Social de Instituciones Penitenciarias de la
Comunidad de Madrid, a expensas de exponer nuestro proyecto para el fin de
carrera y tras unos saludos cordiales con el “jefe” de todo lo “burocrático”
por así decirlo, el que nos iba a dar luz verde a hablar con los presos nos soltó
un “Bueno, asique sois Monitores Ocupacionales, muy interesante vuestra labor….”
Os podéis
imaginar nuestra reacción al oír ese, para nosotros, despropósito. Lo peor de
todo es que sabía que éramos universitarios, de la Universidad de Castilla la
Mancha y que íbamos con la intención de realizar allí nuestro trabajo fin de
grado. No contento con esta información y con la sorna característica de los
afines su profesión (os la podéis imaginar…) nos dijo muy condescendientemente “Ah!
Si… Terapeutas Ocupacionales, ¡Es verdad!, perdón.” ¡VAYA, QUE CABEZA LA
NUESTRA ¿EH?!
Ahora,
una vez más, nos puso en el compromiso, por llamarlo de alguna manera, de
preguntarnos qué era lo que nos diferenciaba de los monitores ocupacionales y,
aunque el señor era condescendiente al máximo, nosotros salimos al paso, pero éramos
cinco contra uno, y ese uno era un “jefazo”, necesitábamos ser cinco personas
para “salir al paso” ¿Qué hubiera pasado si fuéramos solos?
Ahora
bien… si a nosotros nos mostraron condescendencia, aun explicando lo que éramos
con pelos y señales, siendo universitarios, es decir, no teníamos nada que
perder allí, ni necesitábamos despavoridamente su centro, ya que en la CAM hay
algunos más con esas características. ¿Qué
mostrara un jefe a partir de ahora que nos equiparan a Monitor Ocupacional?, ¿Qué
expectativas de trabajo tenemos?, ¿A quién contrataran a un técnico barato y
dispuesto a trabajar, o a un graduado/diplomado con conocimientos y más caro?
Ahora
bien… ¿Cómo nos defendemos?, ¿Cómo atacamos este problema?, ¿Cómo jugamos este
partido que los “árbitros” nos quieren hacer perder?
Bien…
el primer paso lo ha dado la Asociación Profesional de Terapeutas Ocupacionales
de Canarias, elaborando un texto que firma Diego Moguel Cano en nombre de la
misma. Os le adjunto y os pido encarecidamente que lo leáis, porque sin gente
como APTOCA y su representante Diego, sin COFTO-CLM, sin COPTOEX, sin APTOCAM,
sin COTOA y sin todos y cada uno los colegios y colegiados, asociaciones y
socios y sus representantes, nuestra profesión pese a quien pese, esta avocada
a desaparecer, o sin ser tan catastrofistas, pero si dramático, a quedar
reducida al mínimo exponente.
Hoy,
una vez más, #UnionTO
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